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Nada me faltará: Provisión que Satisface

Nada me faltará: Provisión que Satisface

Nada me faltará: Provisión que Satisface

“Nada me faltará.” Salmo 23:1b

¿Qué haces cuando sientes que no tienes suficiente? Cuando el dinero no alcanza, la fuerza se acaba o el ánimo se desvanece. Todos hemos estado ahí — en ese lugar donde la escasez toca la puerta y el alma se pregunta si Dios todavía proveerá.

David, que conocía el hambre, el desierto y la persecución, se atreve a declarar algo extraordinario: “Nada me faltará.” No es una frase de arrogancia, es una confesión de fe. No dice “no me falta nada” porque todo esté bien, sino porque su confianza está puesta en el Pastor.

Dios no siempre provee de la forma que esperamos, pero siempre provee. A veces su provisión es pan, otras veces es paz. A veces es una puerta abierta, y otras, la fuerza para esperar. La abundancia no se mide por cuánto tenemos, sino por quién nos sostiene.

“Cuando el Señor es tu Pastor, la suficiencia no se encuentra en lo que posees, sino en quien camina contigo.”

Esa es la economía del Reino: un Dios que suple no solo nuestras necesidades materiales, sino las más profundas — amor, propósito, consuelo, esperanza. Él sabe lo que necesitas antes de que lo pidas, y su tiempo es perfecto.

Quizás no tienes todo lo que quieres, pero si tienes al Pastor, tienes lo esencial. Porque en Cristo, el alma deja de correr detrás del “más” y aprende a descansar en el “suficiente”.

Destacado:

La verdadera abundancia no es tenerlo todo, sino saber que, en Cristo, no te falta nada.

Hoy, deja que esa verdad se asiente en tu corazón: el Pastor no te ha olvidado. Su provisión está en camino. A veces viene en forma de pan, otras en forma de paz. Pero siempre, a tiempo.